Consejos para la ansiedad

por Gisella Magagna | Nov 27 ,2014

El contenido de este artículo ha sido extraído de la web Siquia. Escrito por Maria Dolors Mas. Se han introducido algunas modificaciones.

El reconocido psicólogo Aaron Beck nos dice que la ansiedad es ubicua a la condición humana. Barlow (2002) la define como una emoción orientada hacia el futuro, caracterizada por las percepciones de incontrolabilidad e impredictibilidad con respecto a sucesos potencialmente aversivos y con un cambio rápido en la atención hacia el foco de acontecimientos potencialmente peligrosos o hacia la propia respuesta afectiva ante tales sucesos.

También, podemos añadir que la ansiedad es un sistema complejo de respuestas conductuales, fisiológicas, afectivas y cognitivas, que se activan ante la valoración de algún suceso como amenazante, para el que no se cuenta con medios para afrontarlo.
Si bien muchos sentimos ansiedad en nuestro día a día, no podemos hablar de un problema propiamente dicho hasta que tanto la frecuencia, intensidad y duración de los síntomas afectan el desempeño diario de la persona y a su vez a entorno. Además éstos se mantienen e incrementan con el tiempo. Una persona que sufre ansiedad puede querer ocultarla o disimularla lo que probablemente conllevaría a largo plazo a disminuir el número de actividades que realiza, cambios de humor, evitación de situaciones o el contacto con otros.
Existen varios cuadros de ansiedad y cada persona lo vive de un modo distinto, pero podemos decir, que temen ser juzgados, tienden a ser muy exigentes consigo mismos y a presentar un fuerte sentimiento de culpabilidad.
Todo esto conlleva a que las personas de su entorno se pregunten cómo actuar o qué decir. Aquí se presentan algunos consejos que pueden servir de guía en momentos determinados.

Errores comunes que se comenten en la comunicación con una persona que sufre ansiedad:
- “Deja de preocuparte”- lo decimos ante el deseo que la otra persona se calme. Solemos enunciar frases como “eso no es nada”, sin embargo, la otra persona puede percibir que no cuenta con el apoyo que desea y que se minimizan sus problemas. En estos casos, se puede intentar empatizar y preguntarle cómo se le puede ayudar en caso lo desee.

- “Tranquilízate”, “vamos, respira”, “¿Por qué estas tan nervioso?”- la persona con ansiedad no puede tranquilizarse ya que en ese momento no puede controlar lo que siente.

- Resolver todos sus problemas – esto sólo sería una solución a corto plazo, realmente no tiene efecto sobre su ansiedad. Al contrario, puede llegar a sentirse incapaz de hacer cosas. La idea es darle apoyo emocional y demostrarle que confiamos en su capacidad de salir adelante.

- Evitar hablar sobre el tema – hay que intentar no convertir la situación en algo “tabú” y por el contrario demostrarle que se está ahí para él/ella sin juzgarlo.

- Dejar de lado la propia vida – intentar no hacer los problemas de los demás los nuestros.

- Perder la paciencia – esto puede ocurrir cuando sentimos que hemos hecho todo lo necesario y la situación no cambia. Un trastorno de ansiedad, aún con el tratamiento adecuado, puede mantenerse un tiempo largo hasta ser superado.
Consejos:

  • Informarse
    Es lo principal ante cualquier situación. Si la persona que sufre ansiedad ya ha contactado con un profesional, éste puede brindarles la información que necesiten.
  • Paciente
    Escuchar activamente a su familiar o amiga e intentar comprender lo que le ocurre.
  • Lectura
    Consultar documentos especializados sobre lo que es la ansiedad y cómo se manifiesta.
  • Contener
    - Mostrarse dispuesto a prestar ayuda.
    - Compartir emociones y dejar que se exprese.
    - Evitar trivializaciones y descalificaciones.
    - Evitar culpabilizar.
    - No dramatizar o angustiarse tanto o más que el propio paciente.
    - Ayudar a objetivar las situaciones.
    - Generar expectativas realistas de solución.
  • Apoyar:
    - Animar a la persona a hacer frente a las situaciones.
    - Reforzar los avances que vaya teniendo, aunque sean muy pequeños.
    - Ofrecer ayudas sin sobreproteger.
    - Evitar fuentes de estrés innecesarios.
  • Buscar ayudas externas si es necesario:
    - Animar a la persona a buscar ayuda profesional.
    - Colaborar en caso sea solicitado en las sesiones de terapia.
  • Tal como indica la autora del artículo, no existen recetas mágicas en el tratamiento de la ansiedad. Toda intervención debe ser adaptada a la persona.
    Referencia:
    Clark, D. & Beck, A. (2012). Terapia cognitiva para trastornos de ansiedad. Bilbao: Desclée de Brouwer.
    Mas, MD. (2004). Consejos para familiares y amigos de una persona con ansiedad. http://www.siquia.com/2014/05/ataque-ansiedad-consejos-para-familiares/

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